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ARTE Y ALQUIMIA

El Renacimiento trajo una verdadera pasión por el hermetismo, dándose el caso de que no había corte que no alojara astrólogos y alquimistas, ni biblioteca que no coleccionara obras de alquimia. Uno de los soberanos que  mayor protección dispensó a la alquimia  y a los alquimistas fue Rodolfo II,  por lo que llegó a ser conocido como el Hermes de  Alemania. Durante el reinado de Rodolfo II, Praga fue refugio de amantes de las ciencias ocultas y uno de los pocos lugares donde no se llevaban a cabo persecuciones por motivos religiosos.  El amor del emperador  por el arte hermético propició igualmente el desarrollo de  un arte pictórico en el que se ponía de manifiesto, sin ningún tipo de velo,  la labor de los artesanos de Hermes. Vemos así cómo alrededor de la corte,  surge una pléyade de artistas interesados de una u otra manera en la alquimia, como es el caso del pintor oficial Bartolomeo Spranger (1546-1611), quien nos ha  dejado un buen número de  alegorías y escenas mitológicas de carácter hermético, Jan Brueghel o  Giuseppe Archimboldo. 

Sin duda, el italiano Giuseppe Archimboldo es uno de los artistas más sorprendentes y originales del Renacimiento. Archimboldo trabajó en la corte como  organizador de fiestas, diseñador de la indumentaria teatral, ingeniero, pirotécnico y músico. Sus retratos, realizados con frutas, verduras, objetos diversos y hasta animales, llegaron a ser muy apreciados en ciertos círculos de intelectuales.  De entre sus retratos  cabe destacar el que  hizo al  emperador Rodolfo II  como Vertumno, dios de la mitología romana  que representaba la abundancia de frutos de la naturaleza en las diversas estaciones del año. Se trata, en realidad, de una alegoría en la que se quiere poner de manifiesto la  abundancia de bienes propiciados por la figura del emperador. Para muchos, las obras de Archimboldo  no pasan de ser curiosas e ingeniosas creaciones, pero a poco que profundicemos, nos daremos cuenta de que presentan un sentido más profundo. El artista busca integrar en una misma obra elementos de diferentes reinos: lo vegetal y  lo  humano (en  pinturas como  Invierno o   Primavera); o lo humano y objetos dispares  (como en El Bibliotecario). Archimboldo resalta la unidad de todo lo creado frente al caos; acentúa la idea de que  lo que percibimos como separación no es sino una apariencia, fruto de los sentidos. Pero en especial, su obra pone de manifiesto de manera muy plástica, el concepto alquímico de la transmutación, la idea de que cualquier elemento puede transformarse en otro. Y esta idea es la base misma en la que se apoya el arte alquímico.

 

GUIUSEPPE ARCHIMBOLDO

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ASPECTOS ALQUÍMICOS DE "LA TEMPESTAD" DE GIORGIONE

ARTE Y ALQUIMIA DURANTE EL REINADO DE RODOLFO II

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Adriaen Van Ostade, "Alquimista", 1661

(Extractos del libro "EL RENACIMIENTO OCULTO Espiritualidad y esoterismo en el arte renacentista" de Jesús Zatón, ed. Fundación Rosacruz.)

EN PREPARACIÓN:

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